Ensayo sobre la Paja
Adverso a las expectativas de muchos, no voy a escribir un ensayo sobre masturbarse, o algo que se le parezca.
Mas bien es un ensayo sobre la delicadeza que tiene el hecho de tener paja, en un momento dado, los cuales son muchos y ésta se manifiesta de muchas maneras.
Mas bien es un ensayo sobre la delicadeza que tiene el hecho de tener paja, en un momento dado, los cuales son muchos y ésta se manifiesta de muchas maneras.
La propongo como algún tipo de excusa o de preámbulo completamente envolvente, algo que impide concretar algún conjunto de circunstancias de las cuales uno es partícipe. Comienza con una idea de dificultad o de esfuerzo no retribuible, una barrera que anula ciertas conductas emprendedoras. No anula la premeditación de la circunstancia a evitar, pero la paja, en su estado mas puro, es un cálculo con balances, bajo criterios propios y dependientes del ánimo del afectado, negativos y convincentes.
Es retributiva en el sentido de que sucumbir tiene una gran repercusión en uno, de carácter introspectivo y más aún si la circunstancia evitada tenía un carácter social medianamente interesante.
Podría ser que la paja sea un mecanismo de defensa (desvirtuado, por su puesto) que tiene uno mismo frente a una circunstancia diferente a las vividas y que afrontarla no es tan meritorio en términos de bienestar.
Podría ser que la paja sea un mecanismo de defensa (desvirtuado, por su puesto) que tiene uno mismo frente a una circunstancia diferente a las vividas y que afrontarla no es tan meritorio en términos de bienestar.
Cabe aclarar que desligo la idea de fiaca a la de paja, las cuales pueden ser similares en el sentido conservativo de una actitud a tomar, pero su gran diferencia es su fundamento.
Es claro que la fiaca puede conducir a manifestar paja, pero la paja es un estado mas elevado.
Para conducir este ejercicio a un lugar concreto voy a diferenciar ambos dos conceptos.
La fiaca podría definirse como sensación de falta de energía corporal, la cual conlleva al reposo.
La fiaca no es estrictamente un estado mental, sino mas bien una integración corporal y mental, derivada directamente del cansancio.
La fiaca no es estrictamente un estado mental, sino mas bien una integración corporal y mental, derivada directamente del cansancio.
La propuesta que doy sobre la paja es la siguiente:
Un estado profundamente reflexivo y personal en el que el sistema cotidiano de valores se encuentra desvirtuado por diversas causas emocionales y físicas que conllevan a decisiones conservadoras en cuanto a la situación normal del individuo.
Uno contrastaría esta definición con si mismo la última vez que sintió paja antes de cancelar la asistencia a una previa o a un boliche, a una salida íntima con alguien no tan estimado, o antes de hacer un favor costoso a algún amigo poco presente.
Si bien todas estas circunstancias podrían entrar en la categoria de las fundamentadas por la fiaca, invito al ejercicio introspectivo que tomará el lector al comparar estas propuestas no tan gratas con sus contrarias: estar ansioso por asistir a una fiesta, querer salir con muchas ganas con alguien en particular, estar muy motivado para ayudar a un amigo.
Todas estas contrastaciones tienen una gran diferencia en común ( mas alla de el destinatario): es una falta de retribución del hecho a concretar.
Ni hablar si en ese hecho se juega mucho de uno mismo, como miedo a exponerse a un grupo de gente, viajar muy tarde en soledad, nervios por arruinar una salida, perder valioso tiempo ( quizás esta última sea la mas usual, que es la que mimetiza la paja con la fiaca). En fin, la paja es una evaluación de la circunstancia, y muchas veces los miedos o incomodidades empoderan el juicio desvirtuado de los valores cotidianos, haciendo de una salida potencialmente memorable en una reunión común y corriente, que no vale la pena. O mas aún, subestimar el grado de impacto que uno mismo podría generar en esa circunstancia a evitar, como por ejemplo darle menos valor al favor hipotético que plantié antes, del que el beneficiario podría darle. Uno no esta muy seguro de qué repercusión pueda tener la simple y humana presencia, pero la paja es capaz de desdibujar las proyecciones que la dimensionan.
Ni hablar si en ese hecho se juega mucho de uno mismo, como miedo a exponerse a un grupo de gente, viajar muy tarde en soledad, nervios por arruinar una salida, perder valioso tiempo ( quizás esta última sea la mas usual, que es la que mimetiza la paja con la fiaca). En fin, la paja es una evaluación de la circunstancia, y muchas veces los miedos o incomodidades empoderan el juicio desvirtuado de los valores cotidianos, haciendo de una salida potencialmente memorable en una reunión común y corriente, que no vale la pena. O mas aún, subestimar el grado de impacto que uno mismo podría generar en esa circunstancia a evitar, como por ejemplo darle menos valor al favor hipotético que plantié antes, del que el beneficiario podría darle. Uno no esta muy seguro de qué repercusión pueda tener la simple y humana presencia, pero la paja es capaz de desdibujar las proyecciones que la dimensionan.
La paja es un gran recurso para el miedoso o el evasivo.
En discusiones complejas, y mas cuando nuestro interlocutor padece de algún tipo convicción, es normal ( hay gente que plantea que es "saludable") evitar el debate, ya que éste podría llevar a situaciones incómodas. Eso, a mi parecer, es una excusa comúnmente adoptada, carente de humildad, para enfrentar un posible intercambio de ideas y momento de crecimiento personal, pero el miedo al griterio y a la puesta en juicio de uno mismo llevan a una desición conservadora, y muy elocuentemente se dice "me dió paja discutir".
En discusiones complejas, y mas cuando nuestro interlocutor padece de algún tipo convicción, es normal ( hay gente que plantea que es "saludable") evitar el debate, ya que éste podría llevar a situaciones incómodas. Eso, a mi parecer, es una excusa comúnmente adoptada, carente de humildad, para enfrentar un posible intercambio de ideas y momento de crecimiento personal, pero el miedo al griterio y a la puesta en juicio de uno mismo llevan a una desición conservadora, y muy elocuentemente se dice "me dió paja discutir".
La fiaca no posee la capacidad de localizarte en un rol político consolidado como ser el que no asiste a fiestas, el que no le gusta discutir, el que le cuesta tener pareja, etc. La fiaca es propia del cansado, pero no interviene en el normal desarrollo social; cuando ésta lo hace las ganas de satisfacer la necesidad de sociabilizar, en todos los sentidos comentados, crecen.
Como sugiero en este ensayo, la paja es una forma de inercia, de apego a la circunstancia conocida, de desesperanza al cambio o a la sorpresa. Es una sensacion desprotagonizante y que al no ser agudamente crítico con sus manifestaciones puede llevar a problemas sociales un tanto mas complejos, en términos psicodinámicos.
Bajo mi punto de vista, (y reiterando la advertencia primera), la paja es un tanto adictiva, y su comodidad aumenta frente a mas se usufructúa de esta. Por consiguiente uno tiene que equilibrar el flujo de paja propio para no sacrificar sus correctas posturas sociales.
Es, además, una forma de desconocerse, ya que los momentos que uno padece de paja tienen ese carácter evasivo algo peligroso, ya que uno buscaría desligarse con la responsabilidad moral de sucumbir a la paja, o peor aún, los argumentos bajo los cuales uno decide no enfrentar tal.situación, producto de la paja, podrían tomarsr como ciertos y así incluir es uno mismo criterios erróneos.
La paja, como estado, es extasiante, pero cambia tan sutilmente la realidad como el tiempo transforma a la juventud en vejez.
No hay cura para uno mismo y menos para la paja.
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