Hoy ya no estás.
Hoy tu respuesta me sucede así, tan rápido y a la vez tan suave y sutil como algo lento y delicado. Es porque cuando me respondés envejeciste y yo envejecí al esperar tu voz, entre tantas cosas.
Te vas, te vas de esta parte de mi que tiene tu misma edad, te vas lejos de mis palabras que solían envolverte en el penumbroso tránsito de las estrellas.
Hoy, esperando tu respuesta, me veo senil y marchito, me siento flotando en un mar muy salado y tranquilo, donde la profundidad acecha esa parte líquida que hay en mí, la que a vos te brota mientras contestás. Ya no sirve mas correr en el pasto, esperar el sol, invocar la noche con risas y consejos; solo queda envejecer y nublar esas arrugas con suficientes sonrisas. Sin vos no se de donde las voy a poder sacar, hay mucha gente, en todo el mundo, en cada respuesta, pero no es lo mismo, si vos sabrás.
Pero sé que muy lejos tuyo y muy cerca mío yace el pretérito arañando la tierra en llantos para evitar ser sepultado, pidiendo en gemidos con forma de suspiros esa caricia que me supiste dar para postergar el presente un rato más.
La vida, a tientas se me presenta oportunista, sinó mas bien improvisada, desvalida y avejentada, por esas respuestas que supiste callar y que el mundo me contó al oído cuando estaba por irme a dormir, casi sin esperanzas; la música que ya no se escucha, la historia que ya no se cuenta, los logros que ya no se recuerdan, todo eso que mi cordura ya no puede impedir que abandone, todo eso hoy, que ya no estás, tiene tu nombre.
Por último, mi gran proeza va a ser superar todo esto, porque suplementar semejante compañía es ser hipócrita para conmigo y todo el amor y la admiración que te supe tener, porque para la memoria el olvido es imperdonable. Sólo te pido que no me decepciones y que sepas responder en tu silencio todas esas preguntas que me hago cuando ya no estás.
"Volábamos alto" de Guido B. Magallán:
El espectro del pastizal
es la turbidez en mi garganta
las auroras de nuestros aullidos
todavía decoran las calles en mi memoria
Pero hoy envejeciste un poco mas
al observarme en silencio
Quiero acariciar en mí
todo ese tiempo que duró el día
y los recuerdos que invocaron la noche
hoy que ya no estás
quiero intentar perder
el miedo a dejar de volar.
Te vas, te vas de esta parte de mi que tiene tu misma edad, te vas lejos de mis palabras que solían envolverte en el penumbroso tránsito de las estrellas.
Hoy, esperando tu respuesta, me veo senil y marchito, me siento flotando en un mar muy salado y tranquilo, donde la profundidad acecha esa parte líquida que hay en mí, la que a vos te brota mientras contestás. Ya no sirve mas correr en el pasto, esperar el sol, invocar la noche con risas y consejos; solo queda envejecer y nublar esas arrugas con suficientes sonrisas. Sin vos no se de donde las voy a poder sacar, hay mucha gente, en todo el mundo, en cada respuesta, pero no es lo mismo, si vos sabrás.
Pero sé que muy lejos tuyo y muy cerca mío yace el pretérito arañando la tierra en llantos para evitar ser sepultado, pidiendo en gemidos con forma de suspiros esa caricia que me supiste dar para postergar el presente un rato más.
La vida, a tientas se me presenta oportunista, sinó mas bien improvisada, desvalida y avejentada, por esas respuestas que supiste callar y que el mundo me contó al oído cuando estaba por irme a dormir, casi sin esperanzas; la música que ya no se escucha, la historia que ya no se cuenta, los logros que ya no se recuerdan, todo eso que mi cordura ya no puede impedir que abandone, todo eso hoy, que ya no estás, tiene tu nombre.
Por último, mi gran proeza va a ser superar todo esto, porque suplementar semejante compañía es ser hipócrita para conmigo y todo el amor y la admiración que te supe tener, porque para la memoria el olvido es imperdonable. Sólo te pido que no me decepciones y que sepas responder en tu silencio todas esas preguntas que me hago cuando ya no estás.
"Volábamos alto" de Guido B. Magallán:
El espectro del pastizal
es la turbidez en mi garganta
las auroras de nuestros aullidos
todavía decoran las calles en mi memoria
Pero hoy envejeciste un poco mas
al observarme en silencio
Quiero acariciar en mí
todo ese tiempo que duró el día
y los recuerdos que invocaron la noche
hoy que ya no estás
quiero intentar perder
el miedo a dejar de volar.
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