Oscuro objeto.
moribundo entre escaramuzas
me suelto,
borracho por mi fé:
criminal piropo
del que colgué toda la noche.
escondido en mi risa
aguardé esa sutil suspensión de luz
sobre sus ojos;
mi prisión masculina.
su niña evasión:
la juntura entre la tragedia y la aurora,
el gran filo extasiante.
fue su ida silenciosa y vulnerada
me trajo a la calle y al mar
con su oleaje escondido entre la lluvia
y los charcos coloreados por el sopor de la ciudad.
convencido recaigo, desauciado,
como un tren en la terminal,
en la vorágine que no le corresponde
más que a su interior.
ah, que aturdido me encuentro,
aletargado en rimel y camisas sueltas,
perdido entre el mandala de nuestras charlas
y de las cosas que no se dicen.
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