Nota escrita desde un foco naranja.

Tengo la respuesta a tu pregunta, la de la vejez, la de las canas. Vos pensás que ser joven es vivir en un aire más reactivo, lleno del calor que promete el amor en la edad del sexo; te encanta sumergirte en las controversias; ser víctima de la adicción letal de buscar el camino distinto. Asomado a tu boca, ví tu miedo a las noches en calma; te dañan las habitaciones vacías. ¿Qué ganás frente a un espejo? La vejez se acerca como el agua derramada de la pileta rebalsada del baño, esa que te asusta, que me asusta porque si alguien encontrase a alguien flotando en un charco de azulejos, abandonado, qué, y la vejez qué, es un artilugio del final, es un destino con infinitos afluentes que culminan en el mismo lugar para vos, para mí para todas esas caras que cruzan la avenida después de un semáforo, cual estampida. Sí, vos sos parte de la inmunda estampida, sos como todos y todos envejecemos, como la inmunda estampida, oh esa inmunda estampida.
No me mires riéndote, cómo podés decirme eso con tus ojos, tan marrones y claros que la luz se les escapa, la juventud se te escapa y te queda tan hermosa, oh si supieras que la belleza es algo tan común, tan común, y que te resalta tan especial,  te dejarías de preguntar y qué pasaría después con mi cuerpo y mi rostro y las canas, y volvete a preguntar qué te ves en el espejo, si un anhelo de nunca sucumbir a esa pérdida, si tu egoísmo de tenerte para vos sola y tus fines de envidioso solitario que quiere ser joven a través de otro y no, la adultez llega una sola vez y la juventud viene siempre, oh si lo entendieses, podrías salir de la estampida que te gobierna, oh si entendieses, pero mientras encontrás las partes que pensás que te faltan me contagiaste, mucho; quiero ser joven con alguien como vos pero no, pero no es así, sos el reflejo del reflector naranja de alguna calle cerca Córdoba, ya ni sé donde, tantas historias en poco tiempo, tantas miradas y el reflector naranja huye de tus ojos marrones claros como tu juventud que tuve el placer de ver y sí, lo tenés, lo tenés, seguro que todo el mundo desea beber de tu juventud, del rápido crepitar de tu risa. Por momentos creí que un beso significa algo y yo casi creo cualquier cosa, ya ni sé qué creo, disculpame si pervierto el recuerdo, algo sin valor para nadie, en especial para el drogadicto que se reía cerca nuestro, todos los autos que pasaron en esa larga conversación de mirarse y cerrar los ojos y seguir hablando contra la pared; detenerse para observarse profundamente. Capaz es un delirio pero creo que todavía no te diste cuenta que tenés eso que le gusta a todo el mundo, sabés llevar el encanto como tu sutileza. Y ya está, te respondí todo, sos joven, ojalá que no te busques más, porque te encontraste hace mucho. O por lo menos así lucías esa noche.

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