La peste del noctámbulo.

A oscuras, con vasos
una caricia evitada
su terciopelo
ella no sabe que me fuí
habitaciones populosas
el alcohol
las veredas torcidas
los espejos esmerilados
la soledad de las multitudes
las vueltas
los apuros
ella mira mis palabras
habla muy lento
mi boca y su boca ocupada
mi abandono
su poco valor (ella no es como vos).
Tu sedimento
el vacío
la emulación
me besa, sin saber que estoy perdido
su caricia
tu reiterada voz
la violencia
el éxodo
mi cama
mi soledad
mi pregunta que nunca respondés
tu presencia
tu cuerpo en el pasto
tu pregunta
tu insistencia
el noctambulismo
las vueltas
los licores
cuentos incompletos
el amanecer
el tabaco
el vacío
el aburrimiento
lo de siempre
lo mío
lo que suelo hacer
los pasatiempos de colectivo
tu reverberancia
las caminatas
mi nada
las caminatas largas
la cena
¿y porqué estoy solo?
la ayuda
las manos, los hombros
las risas
las drogas
las palabras que penden de la lengua
Los vacíos
el amanecer, con café
el frío
el tabaco
las cosas de siempre
las preguntas que no me contestás
la larga espera
las cosas que suelo hacer
lo mío
el viaje a casa, en pasatiempos
el sonido de los labios en tu cuello
el aroma a pasto
la cena (muy fría)
la noche, su silencio
el durmiente inexperto
las preguntas, las vueltas, las poses, las sábanas
los ruidos en el silencio
la almohada tosca
mis cosas
las pastillas
¿porqué lucís distinta?
y los nervios
el miedo al amanecer
¡Basta de café!
tu mano suave
las maniobras
las historias parciales
el amanecer.




Y siento la erosión,
                               qué perfeccionista que es la erosión.